AENIB insta a las partes a buscar soluciones para Astilleros Cabanellas

AENIB insta a las partes a buscar soluciones para Astilleros Cabanellas
La patronal naútica balear lamenta la orden de cierre de este referente de la náutica local.

Ports de les Illes Balears ha denegado a Astilleros Cabanellas la prórroga de la concesión administrativa por la que lleva operando desde 1959. “Es una lástima que un referente de la náutica local con la solera que tiene Astilleros Cabanellas se vea afectado por decisiones políticas o técnicas y tenga que suspender su actividad, cuando se podrían encontrar soluciones que satisfagan a todas las partes”, ha declarado Jaume Vaquer, presidente de AENIB.

“En 2018, presentamos una propuesta de actualización del canon de la concesión a un precio de mercado (hasta llegar a 60.000 euros anuales), así como un plan de inversiones de casi 600.000 euros, que incluía la creación de una escuela-museo de ‘mestres d’Aixa’, importantes mejoras para la sostenibilidad del puerto, y mejoras de la eficiencia energética, entre otros aspectos. Desde Ports nos acaban de comunicar en firme que no están interesados en este proyecto y que su intención es sacar la concesión a concurso, sin intención alguna de entablar ningún tipo de negociación ni ofrecernos la posibilidad de defendernos”, denuncia Toni Cabanellas, gerente-director de esta empresa familiar.

Uno de los primeros socios de AENIB

Regentada por la tercera generación de una familia de artesanos en la tradición naval de Mallorca, Astilleros Cabanellas lleva a sus espaldas 62 años de actividad en el Port de Pollença en el ámbito del mantenimiento y conservación de pequeñas y grandes embarcaciones tradicionales, a través de las antiguas técnicas de los ‘mestres d’aixa’ para trabajar la madera y conservar los ‘llaüts". Fue uno de los primeros asociados de AENIB, y en 2009, fue galardonada por la Asociación por su antigüedad.

“Las instalaciones de la empresa se enclavan en un suelo público, en virtud de una concesión demanial que se otorgó al abuelo del actual director, y todas las instalaciones fueron enteramente sufragadas por la familia Cabanellas. La Ley cambió, y se concedió a la Administración la facultad de revocar las concesiones que tuvieran una duración superior a 30 años. Pero esta Ley, lógicamente, estaba principalmente prevista para aquellas situaciones en las que había usos privativos y en las que no se ofrecía un servicio público, como es nuestro caso”, subrayan desde Astilleros Cabanellas.

La empresa lucha para que la concesión sea prorrogada, y para que no se convierta el astillero en una marina seca, como prevé el proyecto de Plan General de Puertos de les Illes Balears. Así, ha lanzado una campaña en Change.org y en redes sociales para paralizar el cierre del astillero, que todavía no tiene fecha pero afectará a unos 20 trabajadores, entre empleados y subcontratas.