El sector náutico balear, al ralentí tras un inicio de temporada marcado por el mal tiempo

El sector náutico balear, al ralentí tras un inicio de temporada marcado por el mal tiempo

A pesar del mal tiempo que se vivió en Baleares en junio, coincidiendo con el inicio de la temporada náutica, y de los problemas que lastran a la economía en su conjunto, el sector náutico hace gala de su músculo, mostrando un envidiable estado de forma en las Islas, epicentro del mercado náutico nacional.

El arranque de año registró un crecimiento moderado, al menos en el segmento de matriculaciones de embarcaciones de recreo. Según los últimos datos recogidos por ANEN, en los primeros seis meses de 2023 se han matriculado en Baleares 685 embarcaciones de recreo, lo que supone un ligero descenso del 4,73% con respecto al mismo periodo del pasado ejercicio. Con estas cifras, las Islas acumulan un 18% del mercado náutico nacional, situándose como la provincia líder en matriculaciones. En cuanto al chárter náutico, el Archipiélago sigue liderando este rubro, con un 30% de cuota de mercado. Todo ello en un contexto nacional en el que “el sector viene observando una ralentización en las matriculaciones de embarcaciones de recreo que afecta especialmente a aquellas destinadas a uso privativo de los segmentos de embarcaciones de esloras a partir de ocho metros”, según ANEN, la patronal náutica nacional. 

En cualquier caso, la excepcional temporada turística que parece estar viviendo Baleares prefigura un escenario muy favorable para el turismo náutico, con un incremento de los visitantes y un incremento de su capacidad de gasto. “Nos encontramos en plena temporada estival y si bien observamos una tendencia hacia la ralentización en las cifras, la temporada a nivel usuario se plantea en positivo. Los turistas náuticos tanto nacionales como internacionales han incorporado la navegación como forma de ocio vacacional y no hay que más que observar el incremento del chárter para darnos cuenta que cada vez son más los que deciden pasar sus vacaciones a bordo. Las reservas de amarres en los puertos, clubes y marinas deportivas de nuestro litoral se encuentran con el cartel de completo, en las áreas del Mediterráneo, y también con buen comportamiento en otras zonas”, comenta Jordi Carrasco, director general de ANEN.

El sector enfila la actual temporada náutica como la primera en condiciones verdaderamente normales tras el paréntesis pandémico, ya que la temporada 2022 estuvo marcada por problemas de stock derivados de cuellos de botella en la logística internacional por efecto de la pandemia, lo que desembocó en una oferta con dificultades para satisfacer la altísima demanda registrada. A ello se sumó la incertidumbre y el aumento de la inflación derivadas de la guerra de Ucrania, que estalló en febrero del año pasado, y que produjo un encarecimiento en toda la cadena de suministros.

“Este año estamos pagando la incertidumbre y la inflación del año pasado. No era normal que en pleno shock económico por la guerra de Ucrania, hubiera la euforia que hubo en la venta de productos y servicios náuticos”, analiza Jaume Vaquer, presidente de AENIB y propietario de la empresa de Venta y alquiler de embarcaciones Jaume Vermell Náutica. “En 2022 hubo mucho optimismo, porque vendimos muchos encargos hechos durante los años de la pandemia y que, debido a ella, llegaban con retraso. Sin embargo, bajaron los nuevos encargos de cara a 2023, y ahora es cuando lo notamos. Al mismo tiempo, la subida de los tipos de interés dificulta también la compra, e incentiva a los clientes a esperar. Y para colmo, el mal tiempo del arranque de temporada acabó de enfriar los ánimos entre los amantes del mar, afectando al sector, con especial incidencia en las empresas de chárter.”, añade. “En resumen, estamos exactamente en la situación inversa a la del año pasado, cuando había mucha demanda y una oferta insuficiente. Ahora, la oferta se ha restablecido, pero la demanda flaquea, porque se encuentra en una situación de stand by a la espera de acontecimientos. Esta es una tendencia que no es exclusiva de Baleares, sino que se percibe en toda Europa”, aclara. “Sea como sea, la perspectiva es que el mercado vaya animándose a medida que nos adentramos en la temporada”, concluye.

“La pretemporada ha ido muy bien, con todos los varaderos con lista de espera”, agrega Carlos Petisco, miembro de la directiva de la patronal náutica AENIB y gerente de la Escuela del Mar, una de las empresas de formación náutica más importantes de Baleares, y de la empresa de chárter Náutica Colonia. Con respecto a las escuelas náuticas, “este año ha bajado un poco el número de alumnos tras unos años pandémicos en los que las titulaciones experimentaron un boom”. Y es que, en los últimos años, el sector náutico notó un incremento del interés por parte de la ciudadanía en iniciarse en la práctica de la navegación, percibida como una alternativa segura de ocio y turismo, algo que pudo notarse en el segmento de la formación náutica. Así, los alumnos del PER y el PNB aumentaron en torno a un 30%, los de Capitán de Yate y los de Patrón de Yate un 40% y los de Licencia de Navegación (conocido como titulín) crecieron de una forma disparatada en todas las escuelas náuticas de Baleares. “En pandemia, mucha gente descubrió el mar. Gente que nunca se había planteado la posibilidad de alquilar una embarcación, se animó ante las restricciones en las playas y para evitar el riesgo de contagio. Muchos se dieron cuenta de que por un precio más que razonable, podían pasar un día en el mar con un barco alquilado, y le cogieron el gusto”, indica. Ahora, la demanda ha bajado dentro de un ciclo natural”, señala.

En cuanto al chárter náutico, “el mes de mayo ha sido de baja actividad debido al mal tiempo”. Sea como sea, “la falta de amarres sigue siendo uno de los principales hándicaps que tiene la náutica en nuestras Islas. Es por ello que alternativas como los clubes de navegación o las marinas secas tienen mucho que decir en el futuro del sector”, asegura.

En este punto, los clubes de navegación constituyen una novedosa fórmula para democratizar la náutica y que más personas puedan acceder a ella. Estos clubes ofrecen a sus usuarios la oportunidad de disfrutar de navegar durante todo el año sin los gastos y obligaciones derivados de tener un barco en propiedad, poniendo a disposición de los usuarios una flota de barcos que pueden utilizar a cambio de una suscripción periódica y sin tener que preocuparse del mantenimiento, el amarre, el seguro, etc. Esta modalidad lleva en nuestro país apenas una década, pero está creciendo con fuerza. De hecho acaba de crearse este año la Asociación de Clubes de Navegación de España (ACNE),  vinculada a AENIB, con un centenar de clubes registrados en toda España, y creciendo.

Kristian Sandberg, gerente general en España de Agapi Boat Club, indica que “el principio de temporada ha sido algo más lento que el año pasado, debido a la meteorología inestable de las últimas semanas y al complicado contexto económico mundial, que afecta especialmente a las economías del norte de Europa. Estos factores han pospuesto el arranque de la temporada, pero la actividad ha remontado hasta acercarse al 100%, así que tenemos expectativas de que se recuperará con creces a lo largo de la temporada”, analiza. “Sea como sea, notamos cómo, año a año, esta modalidad de disfrutar de la náutica, con la sostenibilidad por bandera, va extendiéndose de forma imparable”, concluye.